viernes, 24 de septiembre de 2010

Uan, uan, uan.

Sinceramente, lo primero que pensé es que Karmele se había vuelto loca y ya había decorado el escaparate de su establecimiento con motivos navideños. Tampoco sería de extrañar, pues, no son pocos los lugares y las tiendas que cada vez adelantan la decoración de Navidad para ver si venden algo más de lo habitual y, sobre todo, en estos momentos de crisis (y no sólo económica). Pero, la verdad, colocar guirnaldas, lucecitas de colores y una enorme estrella a mediados de septiembre, me pareció, cuanto menos, atrevido.

Sin embargo, mi naturaleza curiosa me impedía no acercarme hasta el escaparate y comprobar, de cerca, que mis ojos no me engañaban. Pero, en esta ocasión, sí lo hacían.

No se trataba de ningún adorno navideño, sino una decoración inspirada en el budismo como evidentemente lo demuestra el Buda recostado que puede apreciarse en las imágenes.

Completan el escaparate una tela en la que aparece la Rueda de la Vida, las ya citadas lucecitas y varios objetos más. Sin embargo, por más que se mire y remire, no veo al monje con su vestimenta color azafrán moviendo continuamente el manikor ni repitiendo un mantra. Supongo que hará su aparición durante el horario de atención al público y no durante la noche, momento en el que tomé las fotografías.


De todos modos, creo que me quedaré sin ver al monje, porque no tengo, por el momento, intención de fotodepilarme las piernas (que no se enfade Karmele conmigo). Aunque, pensándolo mejor, podría esperar en la puerta cuando abran o cierren para verle y saludarle y debatir un poco acerca del modo feudal en el que el Dalai Lama trataba a su pueblo y por qué es el único líder espiritual del mundo que cobra por sus apariciones en público.

Bien pensado, no pondría al monje en un brete y me limitaría a charlar con él sobre su fe. Podría resultar un bonito e interesante intercambio de opiniones acerca de la reencarnación budista y la resurrección cristiana.

Por el momento, me quedo en la puerta sentadito sobre mis piernas, en posición de meditación y repitiendo “uan, uan, uan...”. Tal vez, mientras espero, alcance la perfección y comience a levitar.

Francamente, no lo creo.

Uan, uan, uan...

Iturrimingo



1 comentario:

Jon dijo...

Creo que para hablar, y digo HABLAR con mayúsculas, acerca del budismo ( que no es el budismo tibetano, ya que este es una tradición budista muy posterior al Buda shakiamuni) hay que estar informado, y me temo querido amigo, que tu, no lo estas. De todos modos me he dado cuenta que el budismo induce de manera general al chiste fácil, y a hacer juicios de valor baratos. Ahora resulta que al Dalai Lama( que vive exiliado desde hace mas de 50 años, que viste una túnica naranja de tela burda)es un jeta y un vividor, y resulta que el Papa de Roma(no voy a comentar lo que tiene) es un santo y fue elegido por plebiscito mundial(no te jode) que sepas que el Dalai ha renunciado a sus "derechos feudales hace unos meses
( quizá porque leyó tu comentario) y nunca ha cobrado PERSONALMENTE por ninguna aparición ni entrevista.
La próxima vez viejo amigo..... DOCUMENTATE.