lunes, 20 de septiembre de 2010

Scotland, Astrabudland


Quienes me conocen, saben de mi admiración por el bello sonido de la gaita. Los que no me conozcan, ahora ya lo saben. Por eso, ayer domingo, disfruté de lo lindo escuchando a la Reading Scottish Pipe Band (Banda de Gaitas Escocesas de Reading).

Esta banda no es la primera vez que nos visita; el pasado año también se acercó por estos lares y nos deleitó con sus marchas, melodías y marcial puesta en escena que nunca deja indiferentes a quienes presencian una actuación de cualquier banda de gaitas.

Del año pasado, recuerdo que el major de la banda era un corpulento hombre de barba blanca y que desfilaron bajo la lluvia, lo cual no hacía más que ambientar su actuación, evocando a la lluviosa tierra de Escocia.

Sin embargo, para el que no lo sepa, Reading es una ciudad del sureste de Inglaterra y no de Escocia. Por lo que más de uno y de una de los que ayer estuvimos escuchando atávicas melodías escocesas, se llevará un chasco al conocer, realmente, que no disfrutaban de la visita de sus indomables hermanos de las Highlands (véase el mito de Aitor y su unión con una princesa escocesa).

Ignoro si el origen de los gaiteros y gaiteras de esta banda es ciertamente escocés. Pero, en este caso, el sonido evocador de sus gaitas y las melodías traídas desde Glasgow, Edimburgo y el lago Ness, no venían directamente desde tan lejos, sino a través de la imperial Inglaterra.

¡Dios Salve a la Reina y nos guarde de los Braveheart de allí (y de aquí)!.

Iturrimingo.

P.D.: Para saber más de la Reading Scottish Pipe Band, pueden dirigirse a su página web (http://www.readingscottish.org/), en la que podrán visionar algunas fotografías de su anterior visita a Astrabudúa en la sección de pictures/video y descubrir que los descendientes de los pictos también son humanos.

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